La logoterapia en el trabajo
” He aquí la prueba para saber si tu misión en la tierra ha concluido: Si estas vivo, aún no ha terminado -RICHARD BACH-
Hay momentos en la vida, en la que podemos llegar a hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué hago con el resto de mi vida?.….., esto puede ocurrir incluso después de haber logrado o conseguido una meta deseada soñada y trabajada. En estos momentos se llega a un punto crítico de nuestra vida y en esos momentos uno se siente perdido porque no sabes hacia dónde ir, y es ese momento que se tiene que decidir ante lo desconocido, y es allí donde se presenta la angustia.
Algunos se pueden quedar allí sentados y no saben que ruta seguir, porque piensan que lo que tienen ante sí es un laberinto, la vida es un rompecabezas a ser armado, pero hay que tener claro que un rompecabezas tiene solución y solamente hay que empezar a unir las piezas, no vemos la figura pero sabemos que está allí, y cada una de las piezas que nos da la vida, por más difícil que sea, tiene un sentido, ya que al final cada uno de estos puntos se unirán y te sorprenderá de entender lo que la vida ha puesto exclusivamente para ti.
La vida nos es un problema que deba de resolverse, sino simplemente un camino hacia el sentido que debemos de recorrer, no es un callejón sin salida, simplemente es un camino con un inicio y un final, y en el medio es ondulante, con huecos, caeremos y subiremos, en algunas partes correremos con facilidad, en otras tendremos que arrastrarnos y empezar a trepar fatigosamente, algún trecho del camino lo haremos en solitario y en otras lo haremos acompañados, pero es a lo largo de ese camino en la que aprendemos y nos vamos haciendo sabios.
Si hoy tienes un puesto de trabajo en una empresa, esto también forma parte de nuestro camino y si en algún momento lo pierdes, es solo una caída, por lo que el mundo laboral que experimentamos también tenemos que verlo como una actividad con sentido. Porque si lo vemos como un laberinto que tiene una salida, ó como parte del rompecabezas con sentido nuestra experiencia será más profunda.
El sentido está en todas partes, tanto si estamos en el último escalón de la estructura organizacional, como si ocupamos los puestos Gerenciales, puedes hacer de la experiencia de tu puesto algo extraordinario.
Los directivos de las empresas hacen bien o harían bien en descubrir y entender que tanto ellos como sus subordinados necesitan sentirse apreciados y comprendidos.
En nuestro empleo, todos tenemos la libertad de elegir entre buscarle sentido a lo que hacemos o ver nuestro puesto laboral como algo externo, si escogemos lo segundo, nos estamos arrebatando a nosotros mismo una experiencia vital.
Los que manejamos empresa debemos de determinar la dirección y el propósito de la empresa. ¿Nos basaremos solo en conseguir beneficios, o en lo que se puede hacer con los beneficios?.
El sentido en el trabajo
La diferencia del individuo no procede de sus diferencias con lo demás, sino de la manera como se relaciona con el prójimo.
La empresa debe de estar relacionada y aportar sentido a través de la conexión permanente con sus empleados, sus clientes, sus productos y el planeta en toda su dimensión.
Si pensamos que estamos odiando a nuestro trabajo y solo estamos alii por tener un sueldo de fin de mes, debemos de detenernos para poder conectar con nuestro sentido de vida.
Para empezar nuestra primer acción es dejar de quejarnos, a muchos les hace felices encontrar algo de que quejarse en el trabajo, y a veces les parece divertido a toda la oficina, más aun si la queja se dirige hacia una situación o hacia una persona. Es muy frecuente encontrarle sentido a esto, pero esa queja nos satisface momentáneamente, pero al final mina la integridad de nuestra experiencia. Le quita sentido al trabajo y a las relaciones que podemos establecer a través de él, tampoco estamos diciendo aquí que debemos dejar de quejarnos, ya que algunas veces es necesario: Pero hay que ser consciente saber de cuando quejarnos y porque quejarnos, ¿ la queja es para aliviarnos momentáneamente, o es que definimos nuestro puesto laboral mediante percepciones negativas?.
He sido testigo de que persona que se dicen ser líderes y tienen puestos gerenciales y hablan mal de las persona subordinadas y por supuesto también ocurre a la inversa, desconociendo el poder de la persona humana, que es capaz de asumir cualquier responsabilidad y crecer hasta límites insospechados.
Este tipo de personas que viven en el laberinto sin vislumbrar la salida viven en la oscuridad del sentido y raramente se sienten positivos u optimistas ante las circunstancias que se presentan en el trabajo y por tanto tampoco acerca de la vida. Y como consecuencia de eso surge la queja crónica y la actitud negativa. Se la pasan lamentándose de sus puestos de trabajos en cada circunstancia , en las conversaciones con los compañeros, con su apreciaciones verbales, o hablando mal de la empresa en la que laboran .
Lamentarnos de nuestro puesto de trabajo puede ofrecer un momento de atención de parte de otros peor no aporta significado, y tener la idea que nuestro puesto no es divertido y que no nos permite realizarnos nos limita enormemente y nos impide encontrar el sentido.
Recuerde que las quejas no son una celebración, es solo el desfile de los tristes; cuando nos quejamos nos desconectamos de los demás y quedamos indefensos. Pero cuando nos dedicamos el tiempo necesario a comunicar nuestros miedos e inseguridades conectamos a un nivel auténtico y profundo y esa es la vida, cuando conectamos con esa humanidad profunda creamos una comunidad de apoyo en el que se abren muchas posibilidades. Cuando tenemos una conexión auténtica apareceré el sentido en todos lados y en todas las circunstancias
Cuando perdemos el sentido en nuestro puesto de trabajo, perdemos la vida en nuestro trabajo y nos convertimos en prisioneros de nuestros pensamientos, y quedamos recluidos dentro de nuestro propio campo de concentración interior.
Cuando nos abrimos al significado, cuando nos detenemos para apreciar a los demás y a nosotros mismos y al trabajo con todo su Sentido aumentamos inmediatamente la calidad de nuestra vida y de todos los que nos rodean.
Eso no quiere decir que todo es felicidad, también cargaremos con nuestras preocupaciones y penas, pero el hombre puede superar la circunstancia más terrible ya que tenemos nuestra parte espiritual que nos da la libertad y a su vez la responsabilidad de elegir.
Nuestro centro laboral es parte del laberinto de nuestra vida, seguimos el sendero de nuestra vida que nos trae suerte e infortunio, dolor y placer, pérdidas y ganancias, pero en ese camino se descubre nuestros miedos pone a prueba nuestro coraje y que nos guía en todo momento es un camino propio único y sagrado y nadie puede recorrerlo salvo nosotros mismos.
Si queremos saber el auténtico sentido de nuestra vida, independiente de cual sea nuestra fé, lo más importante es que honremos a nuestro camino, pero también hay que tener en cuenta que solo encontraremos sentido a nuestro trabajo si realmente hemos encontrado el sentido de nuestra vida.