El Sentido de trascendencia en el ser humano
Nunca debemos de dejar de sembrar, aun en los momentos más difíciles, en los más trágicos de la vida, la siembra es la manera de trascender, de perdurar, de existir, de salir de uno mismo y llegar hacia el otro. Eso significa dejar que nuestra espiritualidad no este restringida, que permitamos que sea atraida por los valores.
Nuestro sentido de trascendencia nos llevará a sembrar, sin esperar ver la cosecha; y permitirte sembrar te dará el maravilloso resultado de encontrar el sentido a tu vida.
Trascender significa la acción de «sobresalir», de pasar; de «dentro» a «fuera» de un determinado ámbito, superando un límite , superando aquello que quizás a la vista de todo puede ser como una utopía , un ideal… Trascendemos en cada una de las acciones llena de valores que vamos tomando y permitimos que esa dimensión espiritual que es propia del ser humano se desarrolle en nosotros.
Lo trascendente es aquello que se encuentra «por encima» de lo puramente inmanente. Y la inmanencia es, precisamente, la propiedad por la que una determinada realidad permanece como cerrada en sí misma, agotando en ella todo su ser y su actuar, y permanecemos encerrados sin desplegar nuestro potencial. Es la inmanencia ese estado de quietud, de “cerrazón”, de no querer ver, de decirnos “no puedo “ cuando sabemos que es “no quiero”.
“El hecho antropológico fundamental es que el ser humano SE remite siempre más allá de si mismo, hacia algo que no es él, hacia algo o hacia alguien, hacia un sentido. El ser humano se realiza a si mismo en la medida que se trasciende”.
El sentido de la trascendencia es la capacidad de un ser humano para una forma de experiencia y conciencia, es decir, para vivenciar es decir, interpretar, sentir y vivir, su vida ‐o actos de la misma‐ como parte de una totalidad más amplia, en el contexto cual ésta cobra un significado de misión, y de la cual brota un sentido de responsabilidad, pero también de armonía, de paz y de entusiasmo.
La experiencia de la trascendencia implica en primer lugar el reconocimiento de que nuestra vida plena se inserta en en un proceso más amplio en espacio y tiempo a la luz de los cuales adquiere sentido de dirección, goce y liberación.
El sentido de trascendencia confiere un significado a la vida, frente a la mera casualidad o el absurdo. Nos da con ello la esperanza de que podemos esperar un mundo mejor, que somos parte de esos cambios que queremos, mas allá de la intencionalidad, debe aparecer el acto, el acto valioso que resignifique la existencia personal.
El sentido de trascendencia permite experimentar un estado de conexión, es una experiencia de ser, de pertenecer y de cuidar. Es sensitividad y compasión, gozo y esperanza. Es la armonía entre la vida más interna y la vida exterior, o la vida del mundo o del universo. Es la creencia en la vida humana como parte del eterno torrente del tiempo, de que cada uno de nosotros vino de algún sitio, y está destinado a algún sitio.
Por ello, cuanto hay por sembrar, por hacer, por descubrir…si has sembrado, si sigues sembrando, la vida se convierte en VIDA con mayúsculas y el sentido será aquello que nacerá en ti , y quedara vivo en los seres que amas…
Entonces… ¿podemos hablar de muerte?
Lo que hay es temporalidad, como seres humanos tenemos tres dimensiones: la física ó somática, la psicológica y la espiritual. Esta última no muere es la que trasciende y tiene dos características fundamentales que son nuestra libertad y responsabildad, de donde vien nuestra actiitud con la afronatamos nuestra vida.
Recuerda solo muere, aquel que no siembra…
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Ref: Conceptos de La Logoterapia