Platón (427.347 a. d C.) tenía 29 años cuando su maestro Sócrates murió, cuando le obligaron a vaciar su copa de veneno. Como discípulo de Sócrates, siguió a su maestro por mucho tiempo. El hecho que Atenas condenará a su ciudadano más noble, afectó la dirección que tomaría en toda su actividad filosófica.
La primera acción de Platón fue publicar el discurso de defensa de Sócrates. Aparte del discurso de Sócrates, Platón escribió una colección de cartas y treinta y cinco diálogos filosóficos y fundó su escuela llamada “Academia”. Aquí Platón también uso la conversación viva como una de sus más importantes herramientas. Por lo cual no es casualidad que los diálogos llegara a ser la forma escrita de Platón.
Los diálogos platónicos, basados en una secuencia de preguntas y respuestas entre el maestro y él alumno, lo que podríamos compararlo con una sesión de coaching , constituyen un antecedente del método del coaching.
Una de las conclusiones más evidentes, del análisis de sus diálogos, es la importancia de las preguntas como herramienta de trabajo que potencia las conversaciones (diálogos), y que sirven de método para la adquisición del conocimiento en nuestros clientes. Hoy, las preguntas poderosas y la escucha activa, son las dos herramientas o habilidades más importantes que un coach debe aprender para transformarse en un verdadero catalizador del otro.
También, al igual que Platón, el coach entiende a la educación como formadora del carácter. El trabajo consiste en ser catalizadores del autoconocimiento, tanto del espíritu, cómo del cuerpo, la mente, el corazón y las relaciones sociales de nuestros clientes. El conocimiento de uno mismo es el marco a través del cual nuestros clientes pueden acceder a un desempeño extraordinario, producto de un proceso de aprendizaje fuera del alcance técnico y formal. El autoconocimiento se transforma, de esta manera, en la fuente real de todo proceso de coaching.
Platón disentía en algunos aspectos ideológicos con su maestro Sócrates y sin embargo entendía el valor de las conversaciones tal como le enseñó su maestro. Nosotros, los coaches, entendemos que el coaching no es una ideología, sino más bien un método basado en procesos de relaciones humanas que puede trabajar con las personas independientemente de sus credos, religiones y filosofías personales.
El camino que sube de la oscuridad de la caverna
Platón cuenta una parábola, a la que se le ha llamado, “el mito de la caverna” ó “la alegoría de la caverna”. Platón cuenta la historia de unos hombres que vivían recluidos dentro de una caverna, sin poderse moverse y condenados a mirar siempre las paredes. Detrás de ellos hay un muro alto, y por detrás caminan unos seres que levantan diversas figuras por encima del borde del muro. Detrás de estas figuras arde una hoguera, por lo que se dibujan sombras flameantes contra la pared de la caverna. Lo único que pueden ver estos hombres es, por tanto, ese “teatro de sombras”.
Han estado sentados en la misma postura mirando la pared desde que nacieron, y por ello creen, que las sombras son lo único existente.
Imagínense ahora, que uno de los habitantes de las cavernas empezara a preguntarse de donde vienen esas sobras y consiguiera soltarse y consiguiera ver a las figuras que hay detrás del muro. Evidentemente al inicio se cegaría por la luz del fuego, también le cegarían las figuras nítidas, ya que, hasta ese momento solo habían visto las sombras de las mismas. Sí consiguiera atravesar el muro y el fuego, venciendo sus miedos, y logrará salir hacía la naturaleza, fuera de la caverna, la luz lo cegaría aún más. Pero luego que su ojos se adaptaran, se daría cuenta de la belleza de la naturaleza. Por primera vez vería colores y siluetas nítidas, Vería animales y flores de las cuales las siluetas de la cavernas solo eran copias malas.
Ahora el feliz morador de las cavernas, con todo ese disfrute y experiencia nueva, puede irse corriendo a la naturaleza a disfrutar de su libertad recién conquistada. Pero se acuerda de los que han quedado abajo, por lo que vuelve a bajar. De nuevo abajo intenta convencer a los demás moradores de la caverna de que las imágenes de la pared son solos copias centellantes de las copias reales. Pero nadie le cree. Señalan a la pared de la caverna diciendo que lo que ven allí es todo lo que hay. Al final lo matan.
Probablemente esta narración también lo hizo pensando en su maestro Sócrates a quien mataron los “moradores de la caverna” porque hurgaba en sus ideas habituales, queriendo enseñarles el camino hacia la verdadera sabiduría.
Esta metáfora apunta las claves de la actitud de un coach, un profesional que trabaja para que cada uno vaya más allá de las limitaciones que se impone y realice todo su potencial. El coach es consciente de estar dentro de la caverna y esto le permite salir y entrar para mostrar que el mundo de las sombras es simplemente una pequeña parte. El coach asume el compromiso de acompañar al prisionero fuera de la caverna, sacarlo de su zona de confort, para que este pueda ver lo que le impedían las ataduras.
La metáfora también nos ilustra sobre las falsas proyecciones que tenemos como seres humanos. Un ejemplo común de este tema es la falsa identificación con nuestra identidad misma, la confusión entre la imagen que construimos de nosotros mismos y nuestro yo real.
La imagen de nosotros mismos no es más que la suma de las proyecciones acumuladas de nuestra identidad. Nuestra imagen está formada con un conjunto de etiquetas que nos diferencia del resto de nuestro entorno. Tenemos diferentes imágenes de nosotros mismos dependiendo de nuestros roles ya sea como padres, esposo, jefes, compañero de trabajo, etc. Cada uno de estos roles crea una cierta impresión de nuestro yo, en nuestra conciencia. Por lo tanto, nos vemos a nosotros mismos como un padre ejemplar ó un jefe orientado a resultados o como un esposo amoroso. Todas estas imágenes de nosotros mismos nos ayudan a estabilizar nuestras identidades a nuestros propios ojos.
El problema surge cuando nos enfrentamos a una realidad no coherente con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Por ejemplo, si alguien nos dice que somos un jefe autoritario…, nuestra imagen de nosotros mismos se deteriora. Intentamos defender estas imágenes por diversos medios. Puede que nos enfademos o nos volvamos indiferentes a la realidad externa. Puede que integremos opiniones negativas de los demás demasiado seriamente y nos sintamos marginados. También es posible que intentemos conformarnos con algo que imaginamos socialmente aceptable. Puede que todos estos métodos nos den una sensación de alivio provisional, pero no pueden prepararnos para recuperar el espejismo que tenemos como imagen de nosotros mismos.
La imagen de nosotros mismos es un modelo congelado de nuestro verdadero yo. Así como un modelo es el símbolo o atributo de la realidad y no la realidad en sí, la imagen de nosotros mismos no es más que una proyección del yo real. Muy a menudo esta proyección es una distorsión del yo real como una sombra es una distorsión de la sustancia real.
¿Qué podemos hacer para encontrar ese yo real?
Para estos casos el Coaching es la herramienta ideal, ya que ayuda a las personas en la búsqueda del yo real, y para lo cual apoyará a las personas a que salgan de la caverna y dirijan su mirada en este caso hacia su mundo interior. Y emprendan el viaje hacia la autorrealización.
Bibliografia:
1. ¿Quien crees que eres? . Andres Ubierna
2. El Mundo de Sofia; de Jostein Gaader
Biografía De Platón: